El Nepal de las Américas

Conozco a Zenobio Huanka y a su mujer Virginia. Una ONG les ha instalado junto a su casa una “carpa solar”. Ahora sus cosechas duran todo el año. Ya no pasan hambre. Además Virginia ha participado en las capacitaciones para mejorar el trabajo de la tierra . Le ha devuelto a la vida en una sociedad, la aymara, en la que la mujer está excluida de las tomas de decisión. También ha vuelto a la vida Maruja Justina Tola. Y no sólo eso, sino que el invernadero lleva su nombre. Orgullosa descorcha una botella de Cuba Cola. El primer chorro lo tira al suelo "para la Pacha mama". Por el camino conozco a Mario un pequeño aymara. Consigo que me diga su nombre. También con qué frecuencia se ducha. “Los domingos, no más”. A esta comunidad una ONG también ha llevado agua a través de tuberías. Tanto Zonobio como Virginia y Maruja se han ahorrado las cinco horas que antes invertían en ir a recoger agua al río para regar y cocinar. “Nos levantábamos a las tres de la mañana. Caminábamos. Regábamos. Trabajábamos y comíamos”. Una sola comida fuerte al día. Generalmente por la noche. El reloj sigue parado en algunas zonas. Es el reto de la comunidad indígena: atraer miradas. La mujer ahora las ha conseguido.
1 Comments:
Great post, thank you.
10:01 AM
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